El proceso del parto es hermoso, pero es agotador. Hermoso por que tienes al bebé, y finalmente ves su pequeño rostro. Puedes contestar algunas de las interrogantes que te preguntabas durante el embarazo... sin embargo, terminas muy cansada. Dar a luz cansa. Además, a la vez que tratas de recuperarte necesitas cuidar al bebé.
A la semana de tener a mi primera bebé en brazos, sin apoyo familiar cerca, estábamos drenados físicamente. Tenía un frío en la espalda, aparentemente sin explicación. Los pezones me quemaban y yo lloraba cada vez que daba de comer a mi bebé, ella tenía un poco de frenillo y por eso me prensaba el pezón, me salieron grietas... había tenido desgarre por el parto natural y llevaba 8 puntos en el perineo.
Para aquella noche mi esposo era el cocinero y la cena sería pan con hummus. No se me antojaba para nada, pero agradecí la intención.
Aquel viernes gris, al anochecer, vino Loreta a la casa, mi hermana en Cristo. Madre con experiencia. Nos aconsejó sobre la temperatura de la casa para una parturienta, la posición al sentarme para dar el pecho... se marchó, y luego regresó con un gran recipiente de sabrosa Sopa. Aquella sopa acompañada con su arroz nos devolvió la vida al cuerpo, literalmente estábamos decaídos. Finalmente sentí calor en mis huesos y por eso le pusimos nombre: "Sopa levanta caídos". Jamás se me va a olvidar cómo Jesús me cuidó por medio de Loreta, le estoy muy agradecida.
Impacto de la sopa posparto
Ser madre nos ayuda a crecer en diferentes áreas de la vida; aprender, ver cosas que antes no veías, eso también me pasó a mí. Ahora veo con otros ojos a una madre primeriza.
Cuando una amiga tuvo a su bebé tuve la oportunidad de hacerle algo parecido y le hice una sopa, se la mandé acompañada con mi pan brasileño. Sus palabras fueron "¡por fin alguien se acordó de nosotros!¨ me emocioné por que sabía lo que ella estaba sintiendo.
Observé que mi amiga también se sintió impresionada con la sopa posparto, y ahora busca oportunidad de enviar una sopa a otras damas. Incluso me envió comida cada sábado durante toda mi cuarentena posparto de mi segunda bebé. Me ayudó muchísimo tener algo listo para mi familia comer ya que con dos bebés mamando el tiempo vuela por aquí.
Una de mis vecinas recientemente tuvo a su bebé. nació de 7 meses. Su bebé estuvo en la incubadora por varias semanas (sabía que era doblemente difícil para ellos esa situación porque hacía más o menos un año habían perdido a sus mellizos en circunstancia similar). Mi vecina se pasaba 5 horas en el hospital cada día y se sacaba leche para que se la dieran cuando ella no estaba... Le hice una sopa y le llevamos también una canasta de frutas, que pudiera comer con una sola mano, bolsitas de frutos secos, uvas pasas... (después recibí una linda tarjeta diciendo lo mucho que la ayudó tener algo listo para llevar en sus idas y venidas al hospital).
Proyecto de Compasión
El proyecto de compasión lo hicimos para Rachel ¨mi vecina¨, yo estaba en mi cuarentena posparto, pero me sentí motivada a hablar con mis otras vecinas y así echarle una mano a esa madre ¨primeriza¨ en dificultad.
El proyecto duró 6 semanas.
Cada semana una vecina le cocinaba 1 comida para ellos. La podía hacer cualquier día de su semana. Para la comida o cena. El platillo de su elección, de preferencia que no tuviera mucha grasa ni mucha sal.
Pregunté a mis vecinas qué semana elegían para participar, y se apuntaban con su nombre y teléfono delante de la semana de su preferencia. El calendario fue algo así:
Semana 1 (del 1 al 7) : nombre y teléfono
Semana 2 (del 8 al 14): nombre y teléfono
Semana 3 (del 15 al 21): nombre y teléfono
Semana 4 (del 22 al 28): nombre y teléfono
Semana 5 (del 29 al 04): nombre y teléfono
Semana 6 (del 05 al 12): nombre y teléfono
En su semana las llamaba o enviaba un texto para recordarles. Una vecina les hizo un postre para cada semana, fue un detalle muy bonito y sabroso, hasta yo fui bendecida con un chocoflan delicioso.
Al finalizar el proyecto de compasión, mi esposo y yo, les preparamos unas bolsitas con un libro, el conflicto de los siglos y una tarjeta de agradecimiento por su apoyo y disposición a ayudar a una madre lactante ¨mi vecina¨.
Las participantes en ese proyecto experimentamos una conexión y empatía más profunda unas con otras en mi vecindario.
Agradecida estoy por la sopa posparto ¨levanta caídos¨ pues me abrió los ojos para ver lo bien que sienta tener un plato de sopa caliente y nutritiva lista para comer, cuando quizás tengas cinco minutos libre antes de que el bebé reclame nuevamente atención a su madre.
Y cuando tengo algo de tiempo extra creo listas de mis regalos favoritos, así me cambió la maternidad.