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Nechi Bruno

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    La lactancia materna es una experiencia maravillosa y fundamental para el crecimiento y desarrollo de tu bebé. Durante este período, tu cuerpo desempeña un papel crucial al proporcionar todos los nutrientes esenciales que tu pequeño necesita para crecer saludablemente. Para asegurarte de que tanto tú como tu bebé reciban los nutrientes necesarios, considera incorporar Olibela multivitaminas en tu rutina diaria. Exploraremos juntas los beneficios de las multivitaminas para las mamás durante la lactancia materna y cómo pueden contribuir a tu bienestar y al de tu bebé.


    Beneficio #1: Complementan la Dieta de la Mamá

    Durante la lactancia, es esencial que la mamá obtenga suficientes nutrientes para mantener su salud y producir leche de calidad. Sin embargo, a veces puede ser desafiante obtener todos estos nutrientes solamente a través de la dieta. Las multivitaminas Olibela actúan como un seguro nutricional, llenando los posibles vacíos en tu ingesta diaria de nutrientes. Aportan una amplia gama de vitaminas y minerales esenciales, como la vitamina B6, vitamina D, el calcio, el ácido fólico y muchas más, que son fundamentales tanto para tu salud como para la de tu bebé.


    Beneficio #2: Mantienen la Energía y la Vitalidad

    La maternidad es agotadora, y la lactancia materna puede ser aún más demandante. El proceso de producción de leche puede requerir un gran esfuerzo físico y energético. Las multivitaminas proporcionan un impulso adicional de energía y vitalidad, ayudándote a sobrellevar las noches sin dormir y las demandas físicas que conlleva cuidar a un recién nacido. Esto te permitirá disfrutar más plenamente de esta etapa tan especial de tu vida.


    Beneficio #3: Mejoran la Calidad de la Leche Materna

    La calidad de la leche materna es esencial para el crecimiento y desarrollo óptimos de tu bebé. Al tomar multivitaminas Olibela, puedes mejorar la calidad de tu leche al proporcionar a tu cuerpo los nutrientes necesarios para producir leche rica en vitaminas y minerales. Esto es especialmente importante para bebés prematuros o aquellos que tienen necesidades nutricionales especiales. Una madre bien nutrida puede ofrecer a su bebé una leche más completa y beneficiosa.


    Beneficio #4: Fortalecen el Sistema Inmunológico

    Durante la lactancia, es importante mantener un sistema inmunológico fuerte para proteger tanto a la mamá como al bebé de enfermedades. Las multivitaminas contienen antioxidantes y nutrientes que refuerzan el sistema inmunológico, lo que puede ayudar a prevenir enfermedades y reducir la gravedad de las infecciones. Esto es especialmente útil en los primeros meses de vida de tu bebé, cuando su sistema inmunológico aún está desarrollándose.


    Beneficio #5: Previene Deficiencias Nutricionales

    Las deficiencias nutricionales pueden ser perjudiciales tanto para la mamá como para el bebé. Durante la lactancia, el cuerpo de la madre puede agotarse de ciertos nutrientes esenciales. Las multivitaminas son una forma eficaz de prevenir estas deficiencias y asegurarse de que tanto la madre como el bebé reciba todos los nutrientes que necesitan para crecer y desarrollarse de manera saludable.


    Beneficio #6: Facilitan la Recuperación Postparto

    El parto y el proceso de lactancia pueden dejar a la madre agotada física y emocionalmente. Las multivitaminas pueden contribuir a acelerar la recuperación postparto al proporcionar los nutrientes necesarios para reparar el cuerpo y mantener una buena salud en general. Esto te ayudará a sentirte mejor y a estar en plena forma para cuidar de tu bebé.



    Beneficio #7: Fomentan el Bienestar Mental

    La lactancia y la maternidad pueden ser abrumadoras, y es común que las madres experimenten cambios en su estado de ánimo y niveles de estrés. Las multivitaminas también pueden influir positivamente en tu bienestar mental. Al garantizar que tu cuerpo tenga suficientes nutrientes esenciales, estas vitaminas pueden ayudar a equilibrar tus hormonas y neurotransmisores, lo que puede mejorar tu estado de ánimo y reducir la ansiedad.


    Beneficio #8: Apoyan el Crecimiento y Desarrollo del Bebé

    Finalmente, es importante recordar que los beneficios de las multivitaminas durante la lactancia también repercuten directamente en tu bebé. Los nutrientes que obtienes de las multivitaminas se transfieren a través de la leche materna y son fundamentales para el crecimiento y desarrollo adecuados de tu pequeño. Al proporcionar a tu bebé una base sólida de nutrientes, puedes ayudar a establecer las bases para una vida saludable.


    En conclusión, la lactancia materna es una experiencia única y valiosa, y cuidar de ti misma es esencial para cuidar de tu bebé. Las multivitaminas Olibela para la mujer pueden ser una herramienta invaluable para garantizar que ambos estén recibiendo los nutrientes necesarios para prosperar. No dudes en hablar con tu profesional de la salud antes de comenzar cualquier suplemento, y si se recomienda, elige una multivitamina de calidad diseñada específicamente para las mamás lactantes. Tu bienestar y el de tu bebé son lo más importante, y las multivitaminas pueden ser un apoyo invaluable en este emocionante viaje de la maternidad.


    ¡Disfruta cada momento con tu pequeño y cuídate bien!


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    La lactancia materna es una de las formas más saludables y naturales de alimentar a un bebé, ya que proporciona todos los nutrientes necesarios para su crecimiento y desarrollo. A medida que el niño crece, los beneficios de la lactancia materna continúan siendo significativos, incluso después de cumplir dos años. A continuación, te presento algunos de los beneficios y desafíos de la lactancia materna a partir de los dos años del niño.


    Beneficios  de la lactancia materna a partir de los 2 años del niño


    Nutrición completa: La leche materna sigue siendo una fuente completa de nutrientes para el niño, incluyendo proteínas, grasas y carbohidratos. Además, la leche materna es fácilmente digerible y se adapta a las necesidades nutricionales del niño a medida que crece.


    Refuerzo inmunológico: La leche materna contiene anticuerpos y otros componentes que fortalecen el sistema inmunológico del niño, lo que reduce el riesgo de enfermedades e infecciones. Esto es especialmente importante a medida que el niño comienza a explorar el mundo y entra en contacto con más gérmenes y bacterias.

    Beneficios emocionales: La lactancia materna no sólo proporciona nutrición, sino que también es una forma de conexión emocional entre madre e hijo. A medida que el niño crece, la lactancia puede seguir siendo una fuente de consuelo y seguridad, especialmente en momentos de estrés o incertidumbre.

    Reducción del riesgo de enfermedades crónicas: Los estudios han demostrado que la lactancia materna prolongada puede reducir el riesgo de enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardíacas en la edad adulta.

    Ahorro económico: La lactancia materna es una forma económica de alimentar al niño, ya que no requiere la compra de fórmula o biberones. Además, también ayuda a reducir los costos médicos a largo plazo al reducir el riesgo de enfermedades crónicas.


    Sin embargo, también puede presentar desventajas o desafíos particulares cuando se practica la lactancia prolongada a partir de los dos años del niño. A continuación, exploremos algunas de esas desventajas o desafíos.



    Desventajas o desafíos de la lactancia materna 

    a partir de los 2 años del niño


    Posible incomodidad: A medida que el niño crece, la lactancia materna puede volverse incómoda o incluso dolorosa para la madre por sus dientes.


    Dificultad para establecer límites: A medida que el niño crece, puede ser difícil establecer límites para la lactancia materna, lo que puede causar incomodidad o frustración para la madre.


    Impacto en la vida social de la madre: La lactancia materna prolongada puede limitar la capacidad de la madre para participar en actividades sociales o profesionales.


    Opiniones sociales negativas: La lactancia materna prolongada puede ser vista de manera negativa por algunos miembros de la sociedad, lo que puede generar críticas o discriminación para la madre. 


    Presión para destetar: La presión social o de la familia para destetar al niño puede causar estrés o conflicto emocional para la madre y el niño.


    Apoyo limitado: Puede ser difícil encontrar apoyo o asesoramiento de expertos en lactancia materna para la lactancia materna prolongada.


    En resumen, la lactancia materna a partir de los dos años del niño sigue siendo una forma valiosa de proporcionar nutrición, refuerzo inmunológico, conexión emocional y beneficios a largo plazo para la salud. Si estás considerando continuar la lactancia materna más allá de los dos años, habla con tu médico o un especialista en lactancia para obtener más información sobre cómo hacerlo de manera segura y efectiva. Cada madre debería tomar una decisión informada sobre la lactancia materna prolongada, teniendo en cuenta su propia comodidad y necesidades del niño.


    Nechi Bruno

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    1. Duerme todo lo que puedas

    Ahora es un buen momento para que descanses bien y se preparen para las noche y despertares que vivirán en la casa una vez que llegue el bebé. 
    Prioriza tu sueño ahora porque aunque hay bebés que duermen muy bien en las noches desde el inicio, lo cierto es que casi todos los bebés tienen el horario cambiado, es decir, duermen de maravilla durante el día, pero en las noche dan guerra. Posiblemente tu bebé duerma sus 6 a 10 horas, seguidas en la noche, hasta el año de vida. 
    Recuerdo que llevábamos dos semanas durmiendo muy mal con mi primera hija, yo ya no daba más, le pedí a mi esposo que se hiciera cargo porque ya no tenía fuerzas (con los pezones agrietados que la bebé me agarró de chupón, me veía lactando a las 12, a la 1, a las 2... y cuando la ponía en su cuna se volvía a despertar)... 
    Mi esposo la paseo, la acunó, le cambió el pañal y más que lloraba, entonces fue cuando se le ocurrió la "brillante idea" de estrenar un cubo para bañar a los bebés que según saca los gases, pues pensaba ¨serán gases¨ solo que eran las 3:30 de la madrugada... la bebé gritaba y allá fui a ver qué era lo que pasaba pues yo no podía descansar plácidamente como me lo había imaginado. 

    2. Mímate

    Se tu mejor amiga. Se compasiva y comprensiva contigo, a veces no se puede hacer todo en la casa, pero mañana será otro día.

    Regalate un masaje, podrías ir a hacerte las uñas o a que te cuiden del cabello... Planear una "babymoon" podría ser una excelente idea, tipo la luna de miel, pero normalmente en el segundo trimestre cuando ya no hay náuseas y todavía no se siente los malestares del tercer trimestre. Eso lo hicimos en mi primer embarazo por ahí de los 4 meses de embarazo, disfruté de un relajante masaje pre-mamá y disfrutamos juntos en un resort. 

    3. Cuida lo que ves 

    Hay muchas historias de partos por ahí que nos puede predisponer y preocuparnos sin razón. Cada parto es único y lo que le pasó a la vecina de la prima de tu amiga es poco probable que te pase a ti. 

    Así que, llena tu mente con cosas positivas sobre cómo puedes hacer para tener la mejor experiencia posible para ti. Por ejemplo: ejercicios para tus semanas de embarazo, aprende sobre la lactancia o como tener un buen agarre, sobre la dinámica de las contracciones o la respiración durante una contracción. 

    4. Cocina y congela 

    Cocinar con un bebé recién nacido en casa puede ser muy desafiante para la mayoría de mamás. Así que, prepárate para por lo menos para las 2 primeras semanas. Haz doble porción y congela la mitad, puedes almacenar en bolsas ziploc para que no ocupe tanto espacio. 

    Prepara bien aliñada y congela en porciones pequeñas de pollo o  carne molida, de soya si eres vegetariana, para tus platillos de pastas, papas, sopas, arroces... 

    ¡Haz platos únicos y una ensalada! 

    5. Tu plan de parto

    Un plan de parto es una lista de cosas que quieres y cosas que no quieres en tu parto. Se la das a tu acompañante, a tu doctora en tus últimas citas y a las enfermeras en el hospital.

    Divide tus ideas entre: 1. Antes del parto, 2. Durante el parto y 3. Después del parto. Luego haz dos secciones en cada: quiero y no quiero. 

    Por ejemplo: 
    Antes: quiero estar en casa hasta que mis contracciones no me dejen hablar, quiero poder comer y caminar en mis contracciones, no quiero que me pongan suero o epidural. 
    Durante: quiero que dejen el cordón dejar de pulsar, para que la sangre de la placenta le vaya al bebé, y que mi esposo lo corte, no quiero a "observadores" en el cuarto. 
    Después: quiero tener a mi bebé nada más nacer piel con piel para la hora de oro y amamantarlo, no quiero que le bañen en el primer día, no pinches a mi bebé para vacunas, no biberones y chupetes. Algo así, ojalá te sea útil.

    Si haces tu plan de parto, tu acompañante solo necesita asegurarse que lo sigan en la clínica y no tengan que estar preguntándote a ti esas cosas allí y puedas relajarte, disfrutar plenamente ese momento en que tu y tu bebé son los protagonistas. Solo recuerda, nosotras planeamos, pero Dios dispone.

    6. Dedica tiempo a la belleza 

    Ir a que te hagan las uñas o a que te peinen puede ser muy relajante y te prepara para conocer ¡el amor de tu vida! 
    Si necesitas ir con una profesional para que te depile la ingle, ve sin miedo. Agradecerás después cuando veas las fotos o video del parto.

    7. Haz estiramientos 

    Hacer ejercicio regular durante el embarazo es excelente para ti y tu bebé. Caminar 10-20 min después de las comidas te puede ayudar mucho para tu parto. Puedes buscar en youtube o Netflix programas de ejercicios para embarazadas y hacerlos en tu salón, yo hice uno por semanas de embarazo. 

    8. Lee mientras puedes 

    Leer temas sobre el sueño de los bebés, la crianza, la lactancia materna, el culto familiar con bebés u otros tópicos que te sean interesantes puede ser muy desafiante después por tiempo o el cansancio extremo. Así que, lee mientras puedes. 

    9. Mantén la mente abierta 

    Ten en cuenta que hay cosas que vamos aprendiendo sobre la marcha, a su tiempo. La gente te dará consejos y seamos agradecidas por ello, pero luego haces lo que te deje en paz. 
    Cada bebé es único y no viene con un manual.

    10. Crea una playlist para el parto 

    Tener tu música descargada puede ser una buena idea para las horas de hospital. Yo no lo hice y pedí a mi querido esposo que me pusiera "Arautos do Rei- Aqui chegamos pela fé" mientras estaba con contracciones muy fuerte y seguidas, metida en una bañera con agua calentita en el hospital y la publicidad en youtube me fue muy fastidiosa en aquel momento. Bueno, como te imaginarás ya no quise más música.

    11. Acepta ayuda 

    La mayoría de nosotras las latinas tenemos la idea de que tenemos que poder con todo y que si alguien viene a nuestra casa es para que le atendamos y le demos atención. Cuando la gente se ofrece para ayudarnos muchas veces no sabemos con qué necesitamos ayuda. Así que, haz una lista y cuando alguien te diga: si necesitas algo me dejas saber... le puedas decir, sí gracias, necesito ayuda con la compra semanal aquí está la lista de lo que necesito y el dinero, o si pudieras lavar los platos, o doblar la ropa, o que me cuides al bebé un momento mientras me baño o me duermo unos 20 minutos por favor. 

    Una hermana muy querida me hizo esa pregunta un día que vino a mi casa. Necesitas algo? en aquel momento vi la luz y le dije: una taza de té por favor y podría bajar al basement y poner mi ropa a la secadora por favor? Eso fue maravilloso para mí, pues llevaba todo el bendito día con ese ruido mental: tengo que volver y poner la ropa a secar, pero entonces mi bebé me necesitaba o mi niña de 2 años... entre tomas, cambios de pañales y mucho limpiar tras la mayor que estaba aprendiendo a comer sola y a ir al baño, bueno, yo estaba agotada y me vino muy bien la ayuda.

    12. ¡Dormir! 

    Hazlo mientras puedes. Vale la pena mencionarlo otra vez. 
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    Una de las etapas del desarrollo de los niños que los padres suelen esperar con ansiedad es el momento de quitarle el pañal.

    Después de haber cambiado cerca de dos mil pañales al año (calcula unos 6 al día), seguramente estás deseando que tu pequeño empiece a ir al baño solito. Pero pocos padres están preparados para el tiempo que toma en realidad ese proceso.

    Algunos niños aprenden en pocos días, pero muchos otros tardan varios meses. En general, cuanto más pequeño es el niño al empezar el entrenamiento, más tardará en aprender.

    Será más fácil enseñarle a tu hijo con éxito si conoces los pasos básicos del entrenamiento y logras transmitirlos con claridad a tu niño.

    1. Identifica las señales de que tu niño está listo

    Alrededor del año de edad, un niño comienza a identificar que lo que siente son ganas de hacer pipí o popó.

    Algunos niños están listos para empezar el proceso de retirada del pañal a los 18 meses de edad, pero hay otros que no demuestran el más mínimo interés hasta que tienen 3 años o más.

    En Estados Unidos, la mayoría de los padres empiezan a entrenar a sus hijos cuando tienen alrededor de 2 años y medio, pero en muchos países latinos se solía empezar más temprano, sobre todo en generaciones anteriores, cuando los pañales se tenían que lavar a mano (¡y hasta hervir!) en casa.

    O sea que no te sorprendas si tu madre o tu suegra insisten en decirte que les quitaron los pañales a sus hijos antes de que cumplieran un año. Es posible que lo hayan hecho, pero quizás dedicaban una buena parte de su tiempo a limpiar "accidentes".

    Lo importante es observar si tu hijo empieza a mostrar ciertas señales de que ya está listo para aprender a ir al baño solito.

    Algunas preguntas que puedes hacerte para ver si está listo son:

    • ¿Obedece instrucciones sencillas?
    • ¿Camina y se sienta solo?
    • ¿Trata de imitar a los adultos o hermanitos cuando van al baño?
    • ¿Puede subirse y bajarse la ropa interior?

    Trata de no meter presión al tema, ni apresurarlo cuando aún no está listo, será contraproducente y frustrante para ti y para él.


    Recuerda también que cada niño es diferente y tiene sus propios tiempos, aunque los hijos que vienen después suelen aprender con mayor rapidez que los primogénitos, y los varoncitos suelen tardar más que las niñas.

    Piensa también en otros factores aparte del nivel de desarrollo y preparación de tu hijo. Si en este momento tu pequeño está pasando por un gran cambio en su vida, como ir a una nueva escuela o guardería, o la llegada de un hermanito, es muy probable que el proceso de retirada del pañal se vuelva más difícil, y lo ideal sería postergarlo hasta que la situación se estabilice.

    Tampoco tiene sentido empezar a enseñar a tu niño en un momento en que tú o quién lo cuida no puede dedicarle el tiempo, la paciencia y el buen humor necesarios. Si hay un nuevo hermanito en casa, o sufres náuseas debido a un nuevo embarazo, este seguramente no es el momento de quitarle el pañal a tu hijo.

    Quitar el pañal requiere meses de entrenamiento y práctica diarios. Lo mejor es esperar un par de semanas, o meses, hasta que las cosas estén más tranquilas.

    Si la presión para enseñarle a ir al baño viene de parte de tu mamá u otro familiar con buenas intenciones, explícales con delicadeza los motivos por los que piensas que ni tú ni tu niño están listos aún, y diles que prefieres esperar para poder hacerlo con tranquilidad.

    Igualmente, si estás fuera de tu entorno habitual, de vacaciones o pasando una temporada en casa de un familiar, lo mejor es esperar. Los inevitables accidentes pueden causar tensiones en casa ajena y tu hijo se sentirá menos cómodo que en su propio hogar.


    2. Compra el equipo necesario

    Invierte en un buen orinal (bacinica) o en un asiento especial que se acopla al inodoro de tu baño. Esto le quita los nervios al niño de enfrentarse con el baño grande, ya que a algunos niños les da miedo caerse dentro o les asusta el ruido al tirar de la cadena.

    Investiga cuál es el mejor orinal para ustedes y pídele a tu pequeño que te acompañe a comprarlo. Cuando lo lleves a casa, escribe en él su nombre y permítele que lo decore con pegatinas o que juegue con él.

    Si tienes un varón, busca un orinal sin el asiento que se sube y baja, o que traiga uno que se pueda quitar.

    Aunque ese tipo de asiento ayuda a evitar que al varoncito se le escape algún chorrito fuera del orinal, tienen el inconveniente de que los niños a menudo se golpean o arañan el pene al sentarse y levantarse, lo cual puede quitarles las ganas de usar el orinal.

    Si compras un asiento adaptador para el inodoro, revisa que sea cómodo y seguro, y compra también un banquito para que tu niño pueda apoyar los pies y subir y bajar del inodoro con facilidad. También le ayudará a tener firmeza y estabilidad, y a pujar al evacuar.

    3. Crea una rutina para tu niño

    Para empezar, haz que tu niño se siente completamente vestido en su orinal una vez al día, después de desayunar, antes de bañarse o cuando normalmente suele hacer popó o pipí. Así se irá acostumbrando al orinal y empezará a aceptarlo como parte de su rutina diaria.

    Pon el orinal en un lugar accesible y conveniente (puedes llevarlo al jardín o al cuarto donde suele jugar el niño). Si no se quiere sentar, no te preocupes. No debes forzarlo, ni obligarlo a permanecer sentado.

    Y, sobre todo, no insistas demasiado si lo notas aprensivo. Si esto ocurre, lo mejor es guardar su orinal o por lo menos dejarlo a un lado por algunas semanas o un mes, y luego volver a intentarlo.

    4. Dile adiós al pañal

    Una vez que tu niño ya esté plenamente acostumbrado a sentarse vestido en su orinal, el siguiente paso es lograr que lo haga sin el pañal.

    Esta es la etapa en que empezarás a explicarle que así lo hacen mami y papi (y los hermanitos que tenga) todos los días. O sea, explícale que cuando ya eres mayor te quitas la ropa antes de hacer pipí o popó.

    Si el niño hace algo en el orinal, muy bien, pero no se lo exijas ni insistas demasiado. Recuerda que es importante esperar a que tu niño muestre señales de que está interesado en ir al baño solito.

    5. Muéstrale cómo se hace

    Los niños aprenden imitando a los adultos, por lo tanto la manera más natural de que aprendan a usar el inodoro es viéndote hacerlo.

    Si tienes un varoncito, es más fácil que empiece a hacer pipí sentadito, y que más adelante papá o un hermano mayor le enseñe a hacer pipí de pie. Seguro que no tardará nada en imitarlo.

    Cuando le estés mostrando a tu niño o niña cómo se usa el inodoro, es bueno que le vayas explicando lo que estás haciendo, le enseñes lo que has "producido", y le muestres que al final te limpias, te vistes, tiras de la cadena y te lavas las manos.

    Aunque tendrás que ayudarlo a bajarse, subirse la ropa y limpiarse por algún tiempo, verte haciéndolo lo ayudará a entender el proceso.

    Si tienes una niña, asegúrate de que se limpie de adelante hacia atrás, especialmente después de hacer popó, para reducir el riesgo de infecciones urinarias.

    Si hay un hermanito o hermanita mayor que ya sabe usar el baño, él o ella también le pueden hacer una demostración al pequeño. Los niños ponen mucha atención cuando los "maestros" tienen casi la misma edad que ellos.

    6. Explícale el proceso

    Enséñale a tu hijo la conexión entre el popó y el inodoro. La próxima vez que ensucie el pañal, llévalo a su orinal, siéntalo y luego vacía el pañal en su orinal por debajo de él. Esto le ayudará a asociar el acto de sentarse en el orinal y hacer popó.

    Vacía el contenido de su orinal en el inodoro y permítele que tire de la cadena si quiere (pero no insistas si notas que le da miedo), para que vea adónde va su caquita. Enséñale a vestirse y lavarse las manos al final.

    Mira qué hacer cuándo los niños no quieren lavarse las manos.

    También puedes comprar o pedir prestado en la biblioteca algún libro o video sobre ir al baño, que le ayude a entender y asimilar todo el proceso. Déjalo en el baño para que pueda verlo cuando se siente en el orinal.

    7. Motívalo a ser independiente

    Motiva a tu niño a usar su orinal siempre que tenga ganas de hacerlo. Si necesita ayuda para subir y bajar sus pantalones o ropa interior, asegúrate que sepa que te lo puede pedir a ti, y que tú lo llevarás al baño cuando quiera.

    Si puedes, permítele que de vez en cuando circule por la casa sin pañales y mantén su orinal a la mano. Cuanto más tiempo lo dejes sin pañal, más rápido aprenderá, aunque tú tendrás que estar dispuesta a limpiar algunos charquitos.

    Dile que puede usar su orinal cuando quiera, y de vez en cuando recuérdale que está ahí para cuando lo necesite.

    A veces los niños no permanecen sentados el tiempo suficiente para lograr relajarse y hacer del baño.

    Calmadamente, procura motivarlo a que se quede sentado por al menos un minuto. Te será más fácil lograrlo si le haces compañía, hablándole o leyéndole un libro.

    Elogia a tu niño cada vez que use correctamente el orinal. Así empezará a darse cuenta de que es un logro. Pero a la vez que es importante halagarlo, procura no exagerar, y evita transformar cada ida al baño en un gran acontecimiento, de lo contrario tu niño empezará a ponerse nervioso o avergonzarse ante tanta atención.

    8. Compra ropa interior de entrenamiento

    Puede que te sirva de ayuda la ropa interior infantil con una protección extra absorbente, o pañales desechables que se suben y bajan como la ropa interior, ya que permiten que tu hijo se los quite y se los ponga él solito.

    Aunque los calzoncitos entrenadores de tela son menos convenientes que los desechables, a algunos padres les gustan porque el niño puede sentir de veras cuando hace pipí o popó. Sea cual sea la opción que elijas, introdúcela gradualmente, unas horas cada día, y sigue poniéndole pañales normales por las noches.

    Cuando tu hijo empiece a usar el orinal de forma consistente, puedes pasar a la ropa interior normal. A algunos niños les motiva mucho usar calzones con sus personajes favoritos.


    9. Acepta sus “accidentes” con buen humor

    No hay niño que domine completamente el arte de ir al baño solito sin antes tener una serie de pequeños "accidentes". Cuando esto ocurra, no debes enojarte con tu niño ni castigarlo; recuerda que hasta hace muy poquito tiempo tu hijo aún no había desarrollado completamente sus músculos, y por lo tanto no tenía el control necesario para lograr contener la orina o las deposiciones.

    Reduce las probabilidades de accidentes vistiendo a tu hijo con ropa que es fácil y rápida de quitar. Cuando pasen los accidentes, se positiva y amorosa, y limpia sin regañarlo mientras le recuerdas que hay que usar el bañito.

    10. Comienza el entrenamiento nocturno

    Aunque tu hijo se mantenga limpio y seco durante todo el día, puede que pasen varios meses, o incluso años, hasta que logre controlar sus necesidades durante la noche, o sea que aún no te deshagas de sus pañales.

    A esta edad, su organismo no ha madurado lo suficiente para lograr despertarlo siempre que necesite hacer pipí. De hecho, es completamente normal que un niño moje la cama ocasionalmente incluso en los primeros años escolares.

    Para ayudarle a mantenerse sequito, no le permitas beber demasiado líquido antes de acostarse y recuérdale que si se despierta en el medio de la noche, te puede llamar para que le ayudes a ir al baño. Otra cosa que puedes hacer es colocar su orinal al lado de la cama por si quiere usarlo.

    Cuando empieces con el entrenamiento nocturno, cubre el colchón con un plástico o una protección impermeable por debajo de la sábana. Acuesta a tu hijo sin pañales y asegúrate de que vaya al baño antes de irse a dormir. Cuando se despierte, acostúmbralo a hacer inmediatamente sus necesidades, antes de empezar sus actividades.

    Recuerda que muchos niños no están listos para dejar el pañal de la noche hasta que están en edad escolar. Si tu pequeño no parece aprender cómo aguantar la noche sequito, vuelve a ponerle pañales por las noches e intenta quitárselos otra vez al cabo de unos meses.

    11. Celébralo, ¡lo has conseguido!

    Cuando tu niño esté listo para aprender esta nueva habilidad, lo hará con éxito. Y si en lugar de tratar de apresurar esperas a que verdaderamente esté preparado, todo el proceso será mucho más fácil y menos latoso, tanto para ti como para tu hijito.

    Tarde o temprano, tu niño aprenderá a ir al baño como los adultos, y tú no tendrás que volver a pensar en este asunto… al menos hasta la llegada del próximo bebé.


    Karisa Ding

    Karisa Ding es redactora y editora independiente con experiencia en preconcepción, embarazo y maternidad.



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    El tema de la fertilidad parece uno de esos caprichos de la naturaleza difícil de entender. Son muchas las parejas que tratan de tener hijos y que, cuando desisten, cuando lo dan por imposible, se enteran de que han logrado un embarazo. 

    Pues de igual modo, hay parejas que también desisten, que acaban optando por la adopción, que luego se llevan la sorpresa de sus vidas. Esto es lo que le pasó a esta pareja, los Justice, que cansados de esperar un embarazo, adoptaron a trillizos, para unos días después recibir la increíble noticia de que ella estaba embarazada ¡de gemelos!

    La extensa familia Justice

    Ellos son Andy y Sarah, y en solo siete meses pasaron de ser dos a ser siete. Primero llegaron los trillizos Joel, Hannah y Elizabeth y, siete meses después, sus gemelos, Andrew y Abigail.

    Tras años intentando concebir sin éxito, la pareja optó por adoptar a un bebé. Quiso el destino que una mujer embarazada, que quería dar a su bebé en adopción, les escogiera como los futuros padres adoptivos de su bebé. La sorpresa del siglo fue la que se llevaron cuando, al acompañarla a la primera ecografía, vieron que no venía un bebé, ¡sino tres!

    Los trillizos nacieron prematuros de 32 semanas y pesaron 1,3 Kg cada uno. Esto hizo que tuvieran que pasar sus primeras semanas en cuidados intensivos, momento en el que Sarah empezó a encontrarse mal. Allí en el hospital, las náuseas hicieron acto de presencia y optó por visitarse con un médico: "está embarazada", le dijo.

    La noticia fue sorprendente para ellos, que ya no esperaban que pudiera suceder. Pero no acababan aquí las sorpresas, porque cuando le hicieron la primera ecografía se enterara de que venían gemelos.

    Siete meses después nacían Abigail y Andrew. Ante tal panorama, han necesitado ayuda de sus familias, de sus amigos e incluso que otras personas residentes en su ciudad, Tulsa, en EE.UU. Durante las primeras semanas cambiaban una media de 300 pañales semanales y preparaban unos 40 biberones al día, así que toda ayuda recibida fue agradecida.

    Pero las sorpresas no acaban aquí


    Los cinco bebés han crecido ya bastante y se mueven en un gran cochecito, probablemente poco manejable, en el que no hay cinco sillas, sino seis. Estos cinco hermanos dan la bienvenida al sexto... imaginad el cambio radical que ha dado sus vidas en tan poco tiempo.

    Desde aquí, dar la enhorabuena a la familia por tantas buenas noticias y por lograr una familia tan extensa y darles muchos ánimos para salir adelante. Seguro que tienen que hacer malabarismos a todas horas para criarlos, pero seguro también que cuando sean más autónomos será todo mucho más divertido, con tantos niños correteando por casa.

    Vía: Babyology

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    Amamantar provee el alimento perfecto de la naturaleza para la salud y crecimiento óptimo del bebé. Además de estar disponible a toda hora, en todo lugar, en la cantidad perfecta, a la perfecta temperatura y al precio perfecto ;). Además, los niños amamantados tienen mejor inmunidad natural y menos chance de desarrollar alergias más tarde en la vida. 

    Las mamás que amamantan también pueden perder esos kilos extras del embarazo más fácilmente. La prolactina, hormona responsable por la producción de la leche, actúa como un sedativo natural que puede ayudar a las madres a dormir mejor en la noche y a estar más relajadas por el día. 

    ¡Qué hambre tiene!

    Mientras que la producción de la leche es muy natural, aprender amamantar es una habilidad adquirida que con la información adecuada y apoyo durante el inicio puede ayudar a las nuevas mamás empezar de gran manera. 

    Hay muchos mitos acerca de lo que debe o no comer mientras está amamantando. Lo mejor es comer una dieta balanceada y saludable. Coma comida saludable, pero no necesita comer para dos. Tomar bastante líquido es importante. Muchas mamás se toman un vaso de agua con cada sección de amamantar. Tomar leche de vaca no es necesario para la producción de la leche, es más, es uno de los alimentos en la dieta de la mamá que causan síntomas de cólicos en los bebés. Y por favor no bebidas alcóholicas o fumar. 

    Acuerdate, es normal para los bebés amamantados querer comer a menudo (entre 8 y 12 veces en 24 horas). Esto le va a ayudar a establecer su abastecimiento de leche. Puede que sientas que todo lo que hace es lactar, lactar y lactar, pero aproveche estos tiempos tranquilos. ¡No va a durar mucho! Escuche música o libros grabados, y si usas una almohada de lactancia le hará más fácil sostener un libro mientras está lactando. Puede amamantar delante de un espejo o del esposo para ir haciendo ajustes si algo luce o se siente incómodo. También, asegúrese de tener a unos protectores de sostén para prevenir que la leche se pase a la ropa.

    ¿Y mis vestidos de cuello alto?

    La ropa que usted usa puede hacer la amamantada más fácil. Vestirse con dos piezas nos ayuda a amamantar modestamente en casi cualquier circunstancia. (una de tirantes y una normal) o quizás quiera invertir en un sujetador de maternidad, o blusa de lactancia para amamantar a su bebé cuando no está en casa. Para darle de comer a su bebé por la noche, a veces es más fácil en la cama, nos permite descansar un poco más, especialmente si hace frío.   

    Asegúrese de vaciar bien un pecho antes de ofrecer el otro, así el bebé se tomará la leche del final que es más espesa y le permite engordar. Por ejemplo: le pones a mamar, luego le sacas el aire y lo regresas a ese Mismo seno hasta que lo suelte o esté incómodo, entonces le ofreces el segundo seno. Para la siguiente sección empiece por ese segundo seno. Amamantar de forma alternada estimula y fortalece los dos ojos y las dos manos del bebé. 

    Si sus senos están inflamados, repletos y su bebé no está listo para comer, trate de sacarse la leche ya sea con la mano o con un sacaleches. Tomarse una ducha o ponerse toallitas calientes en los senos hace que la leche salga más fácilmente. Si siente que necesita ayuda y orientación trate de buscar a una asesora de lactancia de La Liga de La Leche. Muchas mamás dejan de lactar durante una Crisis de lactancia o también conocidas por las Crisis de crecimiento lee sobre ellas para que estés preparada cuando lleguen ;) Aquí.

    Ver a nuestro bebé crecer y prosperar con nuestra leche es una experiencia muy gratificante, pero al igual que cualquier otra habilidad nueva, va a tomar tiempo, energía y paciencia. Saber dónde buscar ayuda le va a facilitar el proceso (el hospital donde dio a luz, La Liga de La Leche...). Persevere. No pares. ¡La recompensa vale la pena!

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    Esposa y madre de dos hermosas niñas: Anabella de 2 años y Olivia Mikaela de 6 meses. " Me encanta poder ayudar a las personas y en este momento de mi vida, la maternidad, la lactancia y la crianza de los hijos son mis grandes áreas de interés.

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