Preparación para la Lactancia

junio 26, 2021

 


La lactancia materna es un acto de amor entre mamá y bebé, además de un regalo para toda la vida del bebé. Desde el punto de vista nutricional, la leche materna es considerada la mejor opción para alimentar a tu bebé. Es un fluido vivo y cambiante que se adapta a las necesidades nutricionales e inmunológicas de tu bebé previniendo enfermedades gastrointestinales, respiratorias e infecciones como la otitis media, y reduciendo la incidencia de alergias. 

También tu cuerpo se beneficia durante la lactancia. La liberación de la hormona oxitocina ayuda a que el útero vuelva a su tamaño normal disminuyendo el riesgo de hemorragias post-parto. Previene enfermedades futuras como el cáncer de mama y la osteoporosis.

El amamantamiento representa para la mamá y el bebé la experiencia básica de recibir: amor, satisfacción y aprendizaje. Así que, una mamá que no da el pecho pierde esa linda experiencia en la vida.

El bebé aprende a ser paciente ante el irregular fluir de tu leche (mayor cantidad en la mañana, más escasa en la tarde), el cambio de sabores dado por tu alimentación.

También aprenderás a entender a tu hijo. Todo tu cuerpo, no sólo tu oído conoce cuál es el llanto que indica que el bebé tiene hambre: la leche fluye involuntariamente ante ese tipo de llanto. Esa sincronicidad entre mamá-bebé va creando una relación muy íntima e intensa despertando en ambos emociones y sentimientos diversos.

El cuerpo se prepara para amamantar 

Por influencia de las hormonas placentarias los senos modifican su forma y tamaño. La piel del pezón y la areola se oscurece y hay una mayor sensibilidad. 

Recuerda: La forma y el tamaño de tus senos o pezones No influyen en tu capacidad para amamantar exitosamente ni para producir leche. Esto depende de un buen agarre, de la succión del bebé y de la intensidad y frecuencia de las tomas. 

Cuidando de los senos y pezones durante el embarazo

Para la higiene diaria utiliza agua corriente. Las Glándulas de Montgomery ubicadas en la areola lubrica naturalmente tu piel y tiene propiedades antibacterianas, y odoríferas. El uso de jabones o cepillos barren esa grasita natural favoreciendo la aparición de grietas durante la lactancia. No use jabones en los senos a la hora del baño y si desea puede usar un poquito de crema de caléndula o crema de lanolina en los pezones para mantenerlos hidratados.

Los pezones permanecen cubiertos casi todo el tiempo, pero es importante airearlos y exponerlos al sol (en horas adecuadas) para fortalecerlos y mantenerlos libre de humedad.

Además, el sujetador debe sostener sin comprimir la mama. Es conveniente usar un sujetador de algodón sin aros y con breteles anchos. Toda compresión sobre los senos puede obstruir la salida de la leche y favorecer el taponamiento de los conductos, lo que nos llevaría a otro problema: la mastitis. 

Dar de mamar

Después de cada toma coloca un poco de tu propia leche sobre el pezón y la areola. Deja secar. Una pequeña cantidad de crema de caléndula aliviará la irritación causada por una succión vigorosa del bebé, también es muy buena la crema de lanolina.No es necesario lavar los pezones antes de amamantar. Airear los senos es muy importante en ese periodo. El uso frecuente de protectores mamarios favorece la formación de grietas y hongos. Al comienzo de la lactancia el goteo de leche es común, de aí, doblemente importante la ventilación. Yo pasé un mes prácticamente sin blusa con mi primera bebé, no soportaba la fricción de la ropa (al principio me preocupaba mi vecino por si me iba a ver, pero después estaba tan cansada que ya me daba igual: "que mire hacia otro lado decía, aquí hay una madre con los pezones en llamas", por favor.

Entonces descubrí las compresas de silicona, son excelentes y creo que esas compresas debería formar parte de tu lista para comprar antes de que llegue el bebé o como regalo a una nueva mamá, ayudará a evitar esos molestos roces por la ropa sobre el pezón, además de aliviar el ardor y quemazón.

Además de la preparación durante el embarazo, y para disfrutar del placer de amamantar es necesario tener una adecuada técnica de lactancia. 

Después del parto, el bebé estará despierto, tranquilo y receptivo para mamar. Acercarlo al pecho para establecer el primer contacto en sus primeros minutos afuera, utiliza el tiempo necesario para darle la bienvenida. Disfruta la hora de oro (leer). Las caricias, el olor de tu piel, tu voz, el latido de tu corazón serán un excelente estímulo para iniciar las tomas, cada bebé toma su tiempo, y es importante darle ese tiempo y no seguir el ritmo del hospital con procedimientos invasivos nada más nacer con agujas y gotas en los ojos, que el peso, que el baño...¡todo eso puede esperar! 

Esa toma será de reencuentro y no de alimentación, ya que el bebé tiene reservas suficientes hasta que baje la leche a los dos o tres días, mientras tanto disfruta de tu pequeño retoño y recuerda en las primeras 24 hrs: bebé despierto-bebé al pecho.

Fuente: Materna

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